
No es novedad a estas alturas el hablar del problema de la escasez de los alimentos básicos, afectados de una manera notable por el auge de los biocombustibles, y prueba de ello son los racionamientos de arroz que han tenido lugar en EEUU y seguida por Gran Bretaña.
Aplicando la ley de la oferta y la demanda la subida de precios nos induce a pensar que los productores agrícolas, sector que ha obtenido unos rendimientos mediocres tirando a bajos comparado con los otros sectores, se verían beneficiados por este aumento del precio pero la realidad nos muestra que no es así.
Y es que como también han advertido desde el Banco Mundial, la crisis alimenticia no viene exclusivamente dada por la retirada del mercado cultivos para destinarlos a los biocombustibles, sino que además viene de la mano de subidas de los costes energéticos (destacando el precio del petróleo que cada día está más caro), la crisis financiera y como no podia ser menos también de la especulación que debido a que existen las reservas más bajas desde hace 30 años deciden refugiar su capital en productos agrarios en busca de una futura rentabilidad.
Se espera una mejoría de los precios para cuando las cosechas de junio mejoren las reservas, aunque en palabras del Subdirector General de la FAO:
Si la cosecha de 2008 se estropea,"el que sepa rezar que rece."