EL DAVID DE BERNINI

Si rememoro todas las clases de historia del arte seguramente no sea capaz de recordar ni una décima parte de lo que he visto. Hoy en clase he visto esculturas de Bernini, autor del Barroco. El David me ha cautivado. Son pocas las obras que verdaderamente me impresionan de las que he visto y esta lo ha hecho.

Desde el primer momento me encantó, seguramente por la sensacíon de arrebato que transmite. Es enérgica, realista. Muestra al David a punto de jugársela, tiene la honda preparada para atacar al gigante. No está enfadado, ni acobardado, está enfrentandose a lo que en pocos segundos le espera. Presiona sus labios, tiene nervios, los nervios de alguien que se enfrenta a una posible muerte. Sus ojos fijos en su enemigo, buscando el momento preciso, deduciendo la fuerza que ha de emplear, la trayectoria.


Ni mucho menos esto es un comentario académico por eso diré lo que me a enganchado. Tiene una cara tosca, salvaje, que no deja de ser bella. La piel, las formas anatómicas están tratadas de una forma muy delicada, sutil, lo que contrasta con la violencia, la tensión de la obra. Su cuerpo está proporcionado, sin ningún tipo de cánon idealista. Psicológicamente veo un David maduro, valiente, dispuesto a afrontar lo que sea, no le importa la dificultad, lucha y no se preguntá si vale la pena, si tiene posibilidades de ganar, simplemente lo hace.