30/11/08

“Ser o no ser” (un cabrón)


¿No han sufrido alguna vez las dolencias típicas de la burocracia, una encuesta telefónica o simplemente un anciano que se les queja en el transporte público? Si no es su caso, será o un ermitaño, o un hermano gemelo malvado que nunca verá más allá de su acogedor sótano.

Bueno, volviendo a tomar el tema y situándonos en el ejemplo… ¿cómo resuelve usted estas disputas? Si es como yo, como cualquier ser digno de una sociedad (no es que me esté tirando flores…bueno, sí), será educado y tragará esa pelota de fango asqueroso que rezuma de su interior más oscuro y contestará con un “por favor”, “lo siento”, “disculpe, ¿podría…?” Meeeee!!! Error… ¿Han visto alguna vez un documental de la 2? (¿Quién no? Nadie ve Gran Hermano, ni Fama, ni nada de eso…todos vemos la 2…) ¿Saben ese episodio en el que las hienas acechan a la gacela herida? Pues siento decírselo pero… Desde el momento que muestran modales o un poco de civismo, se convierten en esa gacela; Esta es la señal para que su papeleo nunca sea entregado correctamente, para que el anciano del transporte público despotrique contra jóvenes como tú, y para que la empresa de sondeo telefónico te fiche y te llame todos los días a la hora de comer.

Puede sonar estúpido pero también es cierto. Vivimos en una sociedad donde el civismo ha dado paso al cinismo. Hablo desde mi perspectiva de pringado que da los buenos días, que respeta las normas y que intenta ser el mejor ciudadano posible… ¿Qué he recibido a cambio en casi dos décadas? Únicamente hostilidad… El mejor consejo que puedo darle a aquel que lea esto es el siguiente: Sé un hijo puta… el hijo puta puede dejarse llevar o insultar, llama a alguien pringado y será pringado, llámalo gilipoyas y será gilipoyas… Sé hijo puta, amigo mío.

“Siendo Bueno no he ganado nada… Siendo un Cabrón, no tengo nada que perder” –D.


Y aquí el motivo de esta paja mental:

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